(Extracto del trabajo de investigación «Argentina divergente» actualmente en elaboración, no publicado)
Para analizar lo acontecido en materia de crecimiento económico en la Argentina de los últimos 100 años, arrancamos en 1875 y terminamos en 2010. Utilizamos las series de PBI de poder adquisitivo constante en dólares elaboradas por Angus Maddison para la OECD en 1995 y las actualizamos hasta 2010. La idea es poder contar con series comparables con otros países (lo cual haremos más adelante).
Tomando el gráfico 1, que muestra la evolución del producto por habitante (PBI per cápita), un indicador del nivel de bienestar de un país, se observa:
1) Una etapa de sostenido crecimiento que arranca en 1880 y que se vería interrumpido por la crisis de la primera Guerra Mundial, primero, y por la Crisis de 1930, después.
2) Una segunda etapa de crecimiento luego de dicha crisis, en la que el PBI crece pero a un ritmo un tanto más lento y con una relativa mayor volatilidad.
3) La etapa anterior se extiende hasta mediados de los años ’60, cuando se produce una aceleración del ritmo de crecimiento que se interrumpe claramente hacia mediados de 1970.
4) Allí comienza un largo período de 15 años de estancamiento económico (la famosa “década perdida” en Argentina duró 15 años).
5) En los ’90 se inicia una nueva etapa de expansión del producto, a tasas elevadas (similares a las verificadas en los ’60) que culmina en 1998 cuando la Argentina entra en otro período de contracción económica que culmina con la crisis de 2001/2002, la más costosa de la historia argentina.
6) A partir de 2003, Argentina vuelve a crecer a tasas elevadas, recuperando parte del tiempo perdido.
Vale la pena resaltar que las crisis de mediados de los 70, fines de los 80 y fines de los 90 determinaron que el producto per cápita de 2002 no fuera muy distinto del de mediados de la década del ’60, aún cuando la Argentina experimentó, en esos 40 años, dos períodos de crecimiento acelerado (1964-1974 y 1990-1998).
A su vez, cabe preguntarse si el proceso de crecimiento iniciado en 2003 marca un quiebre del proceso de estancamiento y crisis iniciado a mediados de los 70. Sobre todo cuando la falta de atención de ciertos desequilibrios macroeconómicos amenaza con generar una nueva corrección desordenada de tales desequilibrios. Lo cual podría producir, al momento de la corrección, una nueva contracción del producto. Aunque, claro está, la magnitud y duración de dicha contracción dependerá de cómo el sistema político procesará las correcciones macro necesarias.
Pero volvamos a la dinámica de crecimiento de largo plazo de Argentina. Porque cualquier visión sería parcial y potencialmente equivocada si no tomásemos en cuenta la performance económica de otros países. Sobre todo cuando otros países con puntos de partida similares y otros relativamente atrasados a inicios del siglo XX, sí experimentaron procesos de crecimiento económico sostenido. Esto es crucial porque al poner en perspectiva el crecimiento de la Argentina vis a vis el de otros países, el “fracaso” de los últimos 40 años queda relativizado ya que se inscribe dentro de un “fracaso” de un alcance aún mayor.
En efecto, la divergencia es notoria cuando se compara el comportamiento del PBI per cápita argentino con la experiencia de los Estados Unidos, Canadá y Australia (gráfico 2).
Las tres eran economías muy parecidas a la de Argentina de inicios del siglo pasado (unificación nacional reciente, masiva inmigración, gran disponibilidad de recursos naturales), y siguen siéndolo aún hoy, y los tres países, a diferencia de la Argentina, lograron crecer en forma sostenida.
La historia del crecimiento de Argentina cuando se la compara con la de esos tres países con características estructurales y condiciones iniciales similares puede dividirse, groseramente, en dos períodos bastante claros:
a) Desde 1875 hasta la segunda guerra mundial, la mayoría de los países se comporta de manera muy similar, con tasas relativamente bajas de crecimiento. Como vimos anteriormente, el crecimiento económico moderno es un fenómeno que no tiene más de 60 años;
b) Hacia el final de la segunda guerra, se produce una marcada aceleración de las tasas de crecimiento del producto en la mayoría de los países que no es acompañada por la Argentina.
El “divorcio” de la Argentina respecto de los países que eran sus pares a inicios del siglo pasado es un fenómeno de larga data, aún cuando claramente el mismo se agudiza desde mediados de los años ’70. Tomando, por ejemplo, el caso particular de Canadá (Gráfico 3), hasta fines de la década del ‘40 prácticamente no existieron diferencias, no sólo en cuanto a la performance de crecimiento sino también en cuanto a los niveles de ingreso per cápita de ambas economías. Incluso en algunos años de la última década del S.XIX y durante la Crisis de 1930, el PBI per cápita de Argentina resultó superior al Canadiense.
Otra forma de ver el comportamiento divergente de la Argentina es computando el ingreso per cápita relativo de la Argentina vis a vis el de los Estados Unidos (el país con el liderazgo tecnológico durante todo el período analizado).
Como lo muestra el gráfico 4, entre 1908 (cuando más cerca estuvo la Argentina de alcanzar el nivel de ingreso per cápita de los Estados Unidos) y 2010, el ingreso per cápita argentino pasó del 80%!! al 36% del ingreso per cápita de los Estados Unidos. En el camino hacia la divergencia pueden distinguirse dos quiebres importantes. El primero hacia mediados de los años ’30 y el otro a mediados de los ’70. Entre 1933 y 1974, el ingreso relativo de los argentinos pasó del 76% al 51% del de los norteamericanos y entre 1974 y 2002 se redujo aún más hasta representar sólo un 25%!
La siguiente tabla resume el comportamiento del PBI per cápita argentino en relación no sólo al norteamericano sino también en relación al canadiense y al australiano:
Ahora bien, cuándo fechamos el inicio del fracaso de la Argentina en materia de crecimiento económico? Porque el comportamiento divergente de la Argentina no se inicia en los ’70, con la década perdida, sino que se verifica desde mucho antes.
En efecto, cuando observábamos el comportamiento del PBI per cápita argentino (gráfico 2), habíamos visto que si bien se habían producido una serie de contracciones y aceleraciones, su crecimiento no se había detenido sino hasta mediados de 1970. Pero, los gráficos 3 y 4 ponen de manifiesto que la pérdida de dinamismo es incluso anterior. Argentina siguió creciendo después de la crisis del ‘30, pero lo hizo a una velocidad inferior a la que crecía la economía con el liderazgo tecnológico y otras economías que inicialmente se le parecían.
El divorcio entre la performance de crecimiento de la Argentina y la de los Estados Unidos y otros países con condiciones iniciales similares (en el momento en que el mundo comenzó a crecer) nos brinda un panorama distinto al que se obtiene si se toma en cuenta en forma aislada la evolución del ingreso per cápita argentino.
En síntesis:
a) Hacia fines del siglo XIX la Argentina crecía aceleradamente, incluso por encima de otros países de estructura económica similar (EE.UU., Canadá, Australia) y ostentaba estándares de vida similares a la de tales países;
b) En las primeras décadas del siglo XX, la Argentina seguía creciendo aceleradamente pero ya un ritmo similar al de otros países de estructura económica similar (EE.UU., Canadá, Australia);
c) En los años ‘40, cuando el crecimiento comienza a acelerarse en todo el mundo, la Argentina comienza a mostrar un comportamiento divergente;
d) Dicha divergencia se profundiza como resultado de las crisis de mediados de los 70, fines de los 80 y fines de los 90. El producto per cápita de 2002 no era muy distinto de los comienzos de la década del ’60. Lo que primero era una divergencia relativa (se crecía, pero menos que el país con el liderazgo tecnológico y menos que los países que convergían hacia los estándares de vida del país líder) se convirtió en un franco estancamiento;
e) El estancamiento del ingreso per cápita se verifica aún cuando la Argentina experimentó, en las últimas cinco décadas, tres períodos de crecimiento acelerado (1964-1974, 1990-1998, y, el último que arranca en 2003).
f) Mientras que la separación de Argentina es evidente como fenómeno de largo plazo, no se puede pasar por alto entonces que el proceso no ha sido homogéneo. Entre 1940 y 2010 se sucedieron diferentes períodos de aumento y de reducción de la brecha de ingresos, los cuales, en su gran mayoría obedecieron al propio comportamiento de la Argentina.