El economista manifestó que, a pesar del índice de diciembre, la suba de precios sigue siendo muy alta. La falta de un programa integral para bajar las cifras por parte del Gobierno.

El especialista económico, Luis Secco, resaltó que el próximo gobierno tendrá un mandato social para intentar resolver los problemas económicos. “Hoy ser progresista es bajar la inflación de un mazazo”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

¿Qué opina de las reuniones de los distintos equipos económicos de Juntos por el Cambio en Mar del Plata?

Algunos tienen más trascendencia pública que otros, pero estas reuniones se vienen haciendo regularmente entre referentes políticos. El equipo es más numeroso del que estuvo en esa reunión. Me parece que, a diferencia de otros momentos de recambio presidencial, hay mucho más trabajo de por medio y carne en materia de propuestas, búsqueda de opiniones y consensos.

Ayer se conoció el índice de inflación. Considerando que diciembre, por ser el mes de las fiestas, siempre tiende a empujar la inflación hacia arriba. ¿Cómo considera este 5,1%? ¿Es un éxito o un fracaso?

Depende un poco cómo uno quiera ver el vaso. Respecto a lo que fue el escalón del 6,5% o 7% mensual, hay que verlo con optimismo. Ahora, si miramos cómo estaba la inflación al arranque del año y cómo estamos ahora, no hay tanto para festejar.

Se volvió a un escalón elevado de inflación. Un umbral del 5% mensual es alto, la inflación sigue siendo una catástrofe. No hay que relativizar el tema. Hay que seguir trabajando para intentar darle un fundamento un poco mayor a por qué baja la inflación. Por ahora, las políticas son bastante cortoplacistas y precarias, no hay un programa integral que apunte a bajar la inflación.

El eslabón más débil de toda la cadena sigue siendo el balance del Banco Central. Es muy difícil poder estabilizar la moneda con un balance que sigue deteriorándose mes a mes. El dólar soja fue un éxito pírrico, aportó reservas que no fueron tantas, y el pasivo del BCRA siguió creciendo a tasas descabelladas.

Las expectativas del mercado son que las leliqs y los bonos, en algún momento, va a haber que pagarlos, y eso sigue presionando la inflación al alza. Estamos en una situación de extrema debilidad.

¿Cree que la meta de Sergio Massa de llegar a abril de 2023 con un 3% de inflación es posible?

Por ahora lo veo bastante dificultoso. El pasivo del BCRA está creciendo a más del 100% anual, es la variable nominal que más crece en la economía argentina. En esa situación es muy difícil que se descompriman las expectativas y que la inflación pueda converger a esos niveles.

Aún si se lograra, habría que advertir que se estaría haciendo a costa de generar inflación en el futuro.

Si tenemos que definir la característica principal del plan económico de Juntos por el Cambio, ¿cuáles serían los principales lineamientos de los distintos candidatos?

Creo que hay un consenso generalizado en la necesidad de hacer un cambio integral. No se trata de corregir tal o cual cosa, hay que tener una visión de conjunto. Allí está el principal punto de consenso.

Hay que hacer un cambio de régimen económico, a partir de un programa integral, que aborde todas las cuestiones que hacen al fracaso argentino en materia de inflación, pobreza, falta de crecimiento, y esa necesidad urgente que tenemos de recomponer el stock de capital.

Debemos abordarlo desde el punto de vista de la política fiscal, monetaria, desregular la economía y avanzar en una agenda integral. Como siempre, está esa discusión de cuánto se puede hacer todo junto y cuánto de a poco. La clave, el shock, va a estar en esa hoja de ruta que involucre lineamientos para todas las políticas que hay que modificar en Argentina.

Jorge Elías (JE): Da la impresión de que, en Argentina, estamos en un círculo vicioso. Porque no se pueden aplicar políticas económicas sin consenso, y, a la vez, el Congreso ha sido un obstáculo para eso.

Creo que esta vez hay margen de que sea un poco diferente porque hay demanda social. Hay una mayor demanda por parte del votante, y me imagino que va a haber un mandato más claro para el próximo presidente, para que aborde el tema y trate de resolver la economía.

A partir de ahí, obviamente, estará la audacia y la capacidad política de quien sea el próximo presidente para hacer el delivery de ese mandato.

Obviamente que hacen falta consensos, y en eso están los principales dirigentes de la oposición hoy. Pero obviamente la grieta subsiste, y un programa económico no va a eliminar la grieta de un día para el otro. Lo que sí puede eliminarla son los buenos resultados económicos.

¿No es más temible el costo social que puede acarrear una reforma integral de la economía que la propia grieta?

Basta con mirar Argentina un poco para alarmarse de los costos sociales que tiene la situación actual. La situación social de Argentina es de un empobrecimiento generalizado, de falta de expectativas y esperanzas hacia el futuro, y eso es lo que hay que cambiar.

Todo el mundo habla de los chicos que no pueden progresar, de los argentinos que se van, y esos son los costos sociales de lo que hay hoy, no hemos intentado otra cosa. Me parece que llegó el momento de intentar algo diferente.

Hoy, ser progresista en Argentina no es hacer políticas compensatorias. Es cambiar todo esto, ser progresista hoy es bajar la inflación de un mazazo. Mientras tanto, es simplemente quedarse con el statu quo porque lo demás es “muy costoso”, sin tener una apreciación concreta de lo costoso que está siendo no hacer nada.

 

*Nota publicada en Diario Perfil