La Nación del Domingo 24 de Noviembre.  Me pidieron que respondieran la siguiente pregunta:  ¿Qué tres cosas debería abordar sí o sí el nuevo equipo económico?  ¿Cómo?.  Publicaron muy parcialmente mi respuesta: http://www.lanacion.com.ar/1640919-diez-prioridades-en-la-agenda-temas-que-queman.  Aquí va completa:

Argentina enfrenta hoy 3 problemas económicos básicos que la alejan del crecimiento y la han puesto en un sendero de incertidumbre creciente: la inflación generada por el déficit fiscal y su financiamiento monetario; la restricción de divisas, o el hecho que los dólares (flujo) que se generan no alcanzan para todos los usos que demandan los argentinos; y, por último y no menos importante, una estructura de precios internos totalmente distorsionada.  Estos tres problemas están claramente interrelacionados, y no pueden resolverse por separado.

Por ahora el debate público y buena parte de las declaraciones del nuevo equipo económico se han centrado en el tema cambiario.  El gobierno se inclinaría por reducir la demanda de dólares para ciertos consumos y aumentar la oferta a través de políticas pro competitividad y préstamos internacionales (China?). Pero, no serían soluciones de fondo; no hay régimen ni creatividad cambiaria, ni préstamos, que puedan compensar o resistir indefinidamente el descalabro fiscal y monetario actuales.

Si en lugar de comprar algo de tiempo, la apuesta del gobierno fuese la de resolver los problemas de fondo, deberían comenzar por el gasto público y el déficit fiscal y por la corrección de los precios relativos internos. La situación fiscal se puede comenzar a corregir aplicando un freno a la tasa de expansión del gasto público, lo cual permitiría reducir el déficit fiscal y su financiamiento inflacionario.  Al mismo tiempo, deberían aumentar los precios más atrasados de la economía (energía, transporte y tipo de cambio oficial) de forma tal que la reducción del ritmo de crecimiento del gasto y del déficit fiscal resulte posible.  Por último, habría que ir desarmando la maraña de regulaciones que traban la actividad real y financiera y mejorar las relaciones de la Argentina con el mundo.  Avanzar en todos estos frentes se traduciría en más exportaciones, menos importaciones (de energía sobre todo), algo de financiamiento e inversiones, y menos pesos excedentes, todo lo cual tornaría menos angustiante la situación cambiaria.

Como vemos la tarea no será sencilla, porque tantos años de mala política económica no podrán borrarse como si nada hubiera pasado.